Saturday, June 18, 2022

My Scripture for 2022/Mi Escritura para el 2022!!!


Philippians 4:7

This year in the middle of my breast cancer journey, the Lord again gave me a dream. In searching the scriptures, Philippians 4:7 resonated with me. I have chosen it as my scripture of the year.

This year, in the middle of my breast cancer journey, the Lord gave me a dream that brought both comfort and clarity. It was a reminder of His constant presence and care, even in the midst of uncertainty. As I sought Him for understanding, Philippians 4:7 stood out to me:  
"And the peace of God, which surpasses all understanding, will guard your hearts and minds through Christ Jesus."  


This verse resonated deeply with my spirit, becoming a lifeline of hope and reassurance. It’s not just a verse I’ve read—it’s one I’ve lived. It’s the scripture I’ve chosen to hold onto for this year, my Scripture of the Year.  


My Dream:

It was nighttime, and I found myself standing outside a hospital, surrounded by a crowd of people. The atmosphere was heavy with concern as someone announced that the hospital was having layoffs. Naturally, everyone, including me, began to worry about the possibility of losing our jobs.  

We all decided to march inside and ask the boss who would be affected. One by one, people approached the boss for answers. When it was my turn, he noticed me and asked, “What are you doing here?”  

“I came to check if I’m being laid off too,” I replied nervously.  
With a reassuring smile, he said, “No, not you!” Relief washed over me, wrapping me like a warm, fuzzy blanket.  

Feeling lighter, I started making my way toward the hospital exit. But before I could leave, someone stopped me and handed me a packet of medication. As soon as I took it, I felt sick to my stomach. Then they gave me another packet, explaining it was meant for someone else who had chosen to disappear and not pick it up. That's when I woke up. I immediately understood what the Lord was trying to tell me.
 

The Power of Philippians 4:7  

Cancer is a battle that tests your faith, your strength, and your resolve. But in the midst of it all, Philippians 4:7 has been a beacon of light. It speaks of a peace that doesn’t depend on circumstances, a peace that comes only from God.  

This peace is supernatural—it guards the heart and mind when the world feels overwhelming. It has kept me anchored when fear tried to take over and has reminded me that God’s presence is my refuge.  


Choosing Peace:  

Choosing Philippians 4:7 as my scripture of the year is my way of standing firm in faith. It’s my declaration that I trust God to carry me through every step of this journey. His peace is my shield, protecting me from anxiety, doubt, and fear.  


Encouragement for You:  

If you’re walking through your own storm, I encourage you to cling to God’s promises. Search the Scriptures and ask Him to give you a verse to hold onto. Whether it’s Philippians 4:7 or another passage, His Word will be a lamp to your feet and a light to your path (Psalm 119:105).  

The peace of God is available to all of us. It’s not something we earn—it’s a gift we receive through Christ. In this season, I’m grateful for that peace, and I pray that it fills your heart and mind as well.  

*********************************************************************************

Filipenses 4:7
Este año, en medio de mi trayectoria contra el cáncer de mama, el Señor nuevamente me dio un sueño. Al buscar las Escrituras, Filipenses 4:7 resonó en mí. La he elegido como mi escritura del año.

Este año, en medio de mi trayectoria contra el cáncer de mama, el Señor me dio un sueño que me brindó consuelo y claridad. Fue un recordatorio de Su constante presencia y cuidado, incluso en medio de la incertidumbre. Mientras buscaba su entendimiento, Filipenses 4:7 se destacó para mí:
"Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús".

Este versículo resonó profundamente en mi espíritu y se convirtió en un salvavidas de esperanza y tranquilidad. No es sólo un verso que he leído, es uno que he vivido. Es la Escritura que he elegido conservar para este año, mi Escritura del Año.

Mi Sueño:

Era de noche y me encontré afuera de un hospital, rodeado por una multitud de personas. El ambiente estaba cargado de preocupación cuando alguien anunció que el hospital estaba teniendo despidos. Naturalmente, todos, incluyéndome a mí, empezamos a preocuparnos por la posibilidad de perder nuestros trabajos.

Todos decidimos entrar y preguntarle al jefe quiénes se verían afectados. Una por una, la gente se acercó al jefe en busca de respuestas. Cuando llegó mi turno, me vio y me preguntó: "¿Qué estás haciendo aquí?".

“Vine a comprobar si a mí también me despiden”, respondí nerviosamente.  
Con una sonrisa tranquilizadora, dijo: "¡No, tú no!". El alivio me invadió, envolviéndome como una manta cálida y peluda.

Sintiéndome más ligera, comencé a caminar hacia la salida del hospital. Pero antes de que pudiera irme, alguien me detuvo y me entregó un paquete de medicamentos. Tan pronto como lo tomé, sentí náuseas. Luego me dieron otro paquete, explicándome que estaba destinado a otra persona que había elegido desaparecer y no recogerlo. Fue entonces cuando me desperté. Inmediatamente comprendí lo que el Señor estaba tratando de decirme.

El poder de Filipenses 4:7

El cáncer es una batalla que pone a prueba tu fe, tu fuerza y ​​tu determinación. Pero en medio de todo esto, Filipenses 4:7 ha sido un faro de luz. Habla de una paz que no depende de las circunstancias, una paz que viene sólo de Dios.  
Esta paz es sobrenatural: protege el corazón y la mente cuando el mundo se siente abrumado. Me ha mantenido anclado cuando el miedo intentó apoderarse de mí y me ha recordado que la presencia de Dios es mi refugio.

Elegir la paz:

Elegir Filipenses 4:7 como mi escritura del año es mi manera de mantenerme firme en la fe. Es mi declaración de que confío en que Dios me guiará en cada paso de este viaje. Su paz es mi escudo y me protege de la ansiedad, la duda y el miedo.

Exhortación para ti:

Si estás atravesando tu propia tormenta, te animo a que te aferres a las promesas de Dios. Busca en las Escrituras y pídele que te dé un versículo al que aferrarte. Ya sea Filipenses 4:7 u otro pasaje, Su Palabra será lámpara a tus pies y lumbrera a tu camino (Salmo 119:105).

La paz de Dios está disponible para todos nosotros. No es algo que ganamos, es un regalo que recibimos a través de Cristo. En esta temporada, estoy agradecida por esa paz y oro para que llene tu corazón y tu mente también.