My Scripture for 2021/Mi Escritura para el 2021!!!

This year that Lord did not give me a scripture. Instead He gave me a prophetic dream...

Prophetic dreams are one of the many ways God communicates with His people, offering guidance, warnings, or revelations about His plans. Throughout Scripture, we see examples of God using dreams to speak to His servants. For instance, in Genesis 37, Joseph received dreams that foretold his future as a leader, though the fulfillment of those dreams took years and involved challenges. 

A prophetic dream is not just a random occurrence; it carries divine significance. Job 33:14-15 says, “For God may speak in one way, or in another, yet man does not perceive it. In a dream, in a vision of the night, when deep sleep falls upon men, while slumbering on their beds.” These moments are sacred, and they call for prayerful reflection and discernment.

My Dream:

I was at a mountain resort with my family. As we were heading back to the hotel, I noticed a large wolf stalking my mom and my youngest daughter. Alarmed, I told them to head inside the hotel lobby while I distracted the wolf. My plan worked—the wolf took the bait and followed me, allowing my family to reach the hotel safely.  

But the wolf was furious. Its prey had escaped, and now it focused all its anger on me. Suddenly, everything went pitch black. The wolf lunged at me, knocking me to the ground. This creature was enormous, towering over me. Its mouth was three times the size of my head, and as it leaned close, it growled menacingly. I could feel its hot, gusting breath on my face, like a 40-mile-per-hour wind. Drool dripped from its mouth, splattering onto me as I lay helpless beneath its massive frame.  

Using one giant paw, it pinned me down, while the other clawed at me twice. I knew it had inflicted serious injuries, yet I felt no pain and saw no blood. My heart pounded in my chest as I thought, "This is where I die."  

Then, something extraordinary happened. A bright light appeared above me, just at the edge of my vision. In my mind’s eye, I saw the lower half of a caramel-colored man face. His lips blew powerfully, and I could see the wind forming as it moved closer to me.  

When the wind enveloped me, everything changed. The wolf tried to claw at me again, but the wind gave me incredible strength—like Popeye after eating spinach. I caught its massive paw in both hands and, with a surge of power, pushed it backward as I shouted, “No!”, and then I woke up.

I understood that the dream was a warning. I was going to battle something great but the Lord would be with me and give me the strength to defeat it.

If you believe God has given you a prophetic dream, here’s what to do:

1. Write It Down: Just as Habakkuk 2:2 instructs us to write the vision and make it plain, recording your dream ensures you won’t forget the details.
2. Pray for Understanding: Ask God for clarity and wisdom. James 1:5 assures us, “If any of you lacks wisdom, you should ask God, who gives generously to all without finding fault, and it will be given to you.”
3. Seek Counsel: Share your dream with a trusted spiritual mentor or leader who can help you discern its meaning and application.

Remember, prophetic dreams are meant to align with God’s Word and His character. They often prepare us for something significant or encourage us to trust His plans. Be open, stay prayerful, and allow God to reveal His purposes through your dreams.

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Este año El Señor no me dio una escritura. Me dio un sueño profético...

Los sueños proféticos son una de las muchas formas en que Dios se comunica con su pueblo, ofreciendo orientación, advertencias o revelaciones sobre sus planes. A lo largo de las Escrituras, vemos ejemplos de Dios usando sueños para hablar con Sus siervos. Por ejemplo, en Génesis 37, José recibió sueños que predijeron su futuro como líder, aunque el cumplimiento de esos sueños tomó años e implicó desafíos.

Un sueño profético no es sólo un acontecimiento aleatorio; lleva un significado divino. Job 33:14-15 dice: “Porque Dios puede hablar de una manera o de otra, y el hombre no lo entiende. En sueño, en visión nocturna, cuando el sueño profundo cae sobre los hombres, mientras duermen en sus camas”. Estos momentos son sagrados y exigen reflexión y discernimiento en oración.

Mi Sueño:

Estaba en un resort de montaña con mi familia. Mientras regresábamos al hotel, noté un lobo grande acechando a mi mamá y a mi hija menor. Alarmada, les dije que entraran al vestíbulo del hotel mientras distraía al lobo. Mi plan funcionó: el lobo mordió el anzuelo y me siguió, permitiendo que mi familia llegara sana y salva al hotel.

Pero el lobo estaba furioso. Su presa había escapado y ahora centró toda su ira en mí. De repente, todo se volvió negro como boca de lobo. El lobo se abalanzó sobre mí y me tiró al suelo. Esta criatura era enorme y se elevaba sobre mí. Su boca era tres veces más grande que mi cabeza y, cuando se acercaba, gruñía amenazadoramente. Podía sentir su aliento cálido y ráfago en mi cara, como un viento de 40 millas por hora. La baba goteaba de su boca, salpicándome mientras yacía indefensa debajo de su enorme estructura.

Usando una pata gigante, me inmovilizó, mientras que la otra me arañó dos veces. Sabía que me había causado heridas graves, pero no sentí dolor ni vi sangre. Mi corazón latía con fuerza en mi pecho mientras pensaba: "Aquí es donde muero".

Entonces sucedió algo extraordinario. Una luz brillante apareció sobre mí, justo en el borde de mi visión. En mi mente, vi la mitad inferior de la cara de un hombre color caramelo. Sus labios soplaron poderosamente y pude ver cómo se formaba el viento a medida que se acercaba a mí.

Cuando el viento me envolvió, todo cambió. El lobo intentó arañarme otra vez, pero el viento me dio una fuerza increíble, como Popeye después de comer espinacas. Atrapé su enorme pata con ambas manos y, con una oleada de poder, lo empujé hacia atrás mientras gritaba: "¡No!", y luego me desperté.

Entendí que el sueño era una advertencia. Iba a luchar contra algo grande pero el Señor estaría conmigo y me daría la fuerza para vencerlo.

Si cree que Dios le ha dado un sueño profético, esto es lo que debe hacer:

1. Escríbelo: Así como Habacuc 2:2 nos instruye a escribir la visión y dejarla clara, registrar su sueño garantiza que no olvidará los detalles.
2. Ora por comprensión: Pídele a Dios claridad y sabiduría. Santiago 1:5 nos asegura: “Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, que da a todos generosamente, sin encontrar falta, y se la dará”.
3. Busque consejo: comparta su sueño con un mentor o líder espiritual de confianza que pueda ayudarle a discernir su significado y aplicación.

Recuerda, los sueños proféticos están destinados a alinearse con la Palabra de Dios y Su carácter. A menudo nos preparan para algo importante o nos alientan a confiar en Sus planes. Esté abierto, permanezca en oración y permita que Dios le revele Sus propósitos a través de tus sueños.